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“ASOCIACIÓN HISTÓRICO-CULTURAL MAIMONA”, así como los frutos de los trabajos de investigación y análisis presentados en las

JORNADAS DE HISTORIA DE LOS SANTOS DE MAIMONA Y LA ORDEN DE SANTIAGO, celebradas en esta Villa de Los Santos de Maimona, que en este año, 2012, han cumplido su IV edición.

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viernes, 17 de febrero de 2012

LA CONSOLIDACIÓN DE LA PROPIEDAD BURGUESA EN LOS SANTOS DE MAIMONA DURANTE LA REFORMA AGRARIA LIBERAL (SIGLO XIX) (I).


Miguel Ángel Naranjo Sanguino.
                                    (IES Maestro Domingo Cáceres, Badajoz ).

 Manuel Roso Díaz
 ( IES Mario Roso de Luna, Logrosán).



 La desamortización de Godoy afectó a pocas fincas en Los Santos de Maimona, pero tuvieron un precio medio similar a las de otros pueblos importantes de la provincia de Badajoz. También hubo redención de censos en esta desamortización, pero de escasa entidad. La desamortización del Trienio Liberal (1820-1823) fue testimonial en este pueblo. El período de enajenación más intenso coincidió con la desamortización de Mendizábal (1836-1854), pues en este período tuvo lugar la desamortización de Mendizábal, que fue la más intensa de todas en esta localidad, más los grandes repartos a censo de tierras concejiles de los años 1837 y 1844. En la desamortización de Madoz se vendieron los pocos bienes eclesiásticos y municipales que quedaban por privatizar. Además se redimieron abundantes censos que contribuyeron a aumentar la propiedad privada plena en este pueblo. La enajenación de los bienes amortizados fue muy completa en Los Santos de Maimona. Contrasta fuertemente el elitismo de los compradores durante todo el proceso desamortizador en este pueblo con el carácter popular de los repartos de tierras concejiles, donde participó una parte importante de su población.

Palabras claves:        Desamortizaciones, bienes vendidos, censos redimidos, elitismo, tierras concejiles, repartos populares.




Summary:      Godoy’s expropriations concerned just a few properties in Los Santos de Maimona, but the price average of these properties was similar to the ones in other important towns in the province of Badajoz. There also existed some expropriations in the census, but they were not very significant. The expropriations in the Three-Year Liberal Period (1820-1823) were quite limited in this town. The most intense period of disposal took place from 1836 to 1854. During this period occurred the Mendizabal’s expropriations, which were the most intense expropriations in Los Santos; and the most important municipal land distributions in 1837 and in 1844. In Madoz’s expropriations, they sold the few remaining goods belonging to the clergy and to the town council which were still to be privatized. Besides, they redeemed some census which contributed to increase the full private property rate in this town. The disposal of the expropriated goods was very complete in Los Santos de Maimona. Throughout the expropriations process in this town, the elitist character of the purchasers deeply contrasted with the popular character of the municipal land distributions, in which a vast part of the population took part.  

Key words:     Expropriations, sold goods, redeemed census, elitist character, municipal land distributions, popular distributions.


Los Santos de Maimona en la historia II,
Los Santos de Maimona, 2010,
Fundación Maimona, págs. 76-129.
ISBN: 978-84-614-2884-7









1.- Introducción

La revolución agraria liberal empezó a gestarse a finales del siglo XVIII y culminó a finales del siglo XIX y principios del XX.

Tuvo variados aspectos. Los cambios técnicos, la mecanización y los fertilizantes artificiales se introdujeron en el campo tardíamente, a finales del siglo XIX y principios del XX. Antes se operaron en el sector agrario cambios relacionados con la tenencia y propiedad de la tierra. Los cambios más destacados en las formas de tenencia de la tierra fueron: la ruptura de la propiedad comunal[1], la abolición de los señoríos[2], las apropiaciones diversas de tierras municipales[3], algunas sin base legal y de consolidación oscilante, y el largo proceso de desamortización.

La desamortización fue un proceso mediante el que se pusieron en el mercado numerosos bienes rústicos, urbanos y censos hasta entonces vinculados. Fueron los bienes del clero, bienes concejiles (sobre todo bienes de propios) y bienes del Estado. Este proceso siempre se llevó a cabo a través de una densa y explícita normativa legal[4].

En la desamortización de Godoy no hubo proceso nacionalizador, al estar aún en vigencia formalmente el Antiguo Régimen[5] y, por tanto, no se puede hablar de bienes nacionales en aquella desamortización. Pero a partir de la desamortización de las Cortes de Cádiz, primero se nacionalizaron los bienes (ahora ya bienes nacionales) y seguidamente  se privatizaron en públicas subastas al mejor postor[6].

La desamortización fue un largo proceso que se inició hacia el 1766 y concluyó hacia el año 1924. Tuvo estos hitos: la desamortización de los jesuitas, la de Godoy, la de las Cortes de Cádiz, la del Trienio Liberal, la de Mendizábal-Espartero y la de Madoz[7].

Paralelamente a este proceso tuvo lugar la apropiación de las tierras concejiles, que desembocó en Madoz. Es un tema poco estudiado pero ya se puede decir que en algunas localidades al menos revistió una extraordinaria importancia. Tal fue el caso de Los Santos de Maimona[8].

En todo este contexto es en el que se va a incardinar el siguiente análisis del proceso privatizador de bienes en la villa que nos ocupa.

2.- La desamortización de Godoy en Los Santos de Maimona (1799-1805)

El Real Decreto de 19 de septiembre de 1798 iniciaba la desamortización de Godoy donde se establecía la enajenación de los bienes pertenecientes a las temporalidades de los jesuitas aún no vendidos, bienes raíces de hospitales, hospicios, casas de misericordia, de reclusión y expósitos, cofradías, memorias, obras pías, patronatos de legos, patrimonio, rentas y caudales de los Seis Colegios Mayores. Además, los propietarios y titulares de mayorazgos y vínculos podían vender de manera voluntaria sus propiedades en pública subasta. Posteriormente, dos Breves papales de 14 de junio de 1805 y 12 de diciembre de 1806 abrirían aún más las posibilidades de la legislación desamortizadora al integrar otras instituciones como las capellanías colativas y establecimientos religiosos de diversa naturaleza que a su vez, permitían enajenar un patrimonio mucho más variado. No obstante, la incidencia de dichos breves papales fue muy moderada dado, por un lado, los complejos requisitos administrativos necesarios para su desarrollo legislativo y, por otro, por la paralización del propio proceso desamortizador. Los beneficios obtenidos tras la puesta en marcha de dicha legislación junto a lo obtenido en la redención de censos irían destinados primero a la Caja de Amortización y posteriormente a la Caja de Consolidación para el pago y amortización de los intereses de los vales reales. Las instituciones que sufrieron la enajenación de sus propiedades recibirían un interés anual del 3% del valor en venta de lo desamortizado, sin embargo, la realidad fue otra pues en pocas ocasiones llegó a pagarse[9].

Tradicionalmente, la desamortización de Godoy se ha considerado como una desamortización secundaria, de escasa magnitud y proporción en relación a los grandes decretos desamortizadores liberales del siglo XIX. Y sin duda, estos argumentos son absolutamente ciertos. Sin embargo, no debemos por ello partir de un análisis estrictamente cuantitativo a la hora de aproximarnos al proceso desamortizador de Godoy. Pues en realidad, esta legislación iniciaba el derrumbe del Antiguo Régimen en España, la desaparición progresiva de numerosas instituciones paraeclesiásticas y el ocaso definitivo del sistema benéfico asistencial del periodo moderno[10]. De esta manera, numerosos estudios monográficos desarrollados sobre diferentes provincias españolas y nuestras propias valoraciones sobre el desarrollo de dicho proceso en territorio extremeño nos llevan a considerar la desamortización de Godoy como una desamortización de importantes repercusiones en la desintegración progresiva del sistema tradicional de Antiguo Régimen así como en los primeros pasos de la configuración del sistema liberal.


2.1.- Análisis general de las fincas desamortizadas

La desamortización de Godoy en Los Santos de Maimona afectó a 18 propiedades repartidas en 9 unidades de remate[11] con un desembolso global de 231.366 rs. A tenor de nuestras estimaciones para Extremadura, estos resultados suponen el 0,11% de las propiedades vendidas y el 0,36% del desembolso registrado para toda la región extremeña en dicho periodo desamortizador. La finca media se situó en 12.853 rs., una cifra que demuestra unos niveles de inversión realmente elevados e incluso muy superiores a los obtenidos en otros núcleos cercanos de gran entidad como Fuente de Cantos[12] con 8.548 rs., o Llerena[13] con 6.355 rs., y de otros más alejados pero de igual importancia económica como Medellín con 5.358 rs. Y es que el valor de su finca media se aproximaba claramente a los 13.955 rs., registrados en Don Benito[14].

Cuadro I. La desamortización de Godoy en Los Santos de Maimona (1799-1805). Datos globales.
Nº de bienes-totales

Nº de bienes

Total-bienes (%)
Remate (rs.)
Total-remate (%)
Fincas totales
18
100
231.366
100
Finca media
-----
-----
12.853
-----





Naturaleza de las fincas
Nº bienes
Total-bienes (%)
Remate (rs.)
Total-remate (%)
Fincas urbanas
2
11,1
25.081
10,8
Fincas rústicas
16
88,9
206.285
89,2





Procedencia

Nº bienes

Total-bienes (%)
Remate (rs.)
Total-remate (%)
Vinculación eclesiástica
10
55,5
136.520
59
Eclesiástica-Clero regular
-----
-----
-----
Eclesiástica-Clero secular
-----
-----
-----
-----
Civiles
8
44,4
94.846
41
Fuente: Archivo de Protocolos de Madrid. Notario: Juan López Fando. Tomos: 22.031; 22.054; 22.102; 22.125; 22.136 y 22.142.

Lógicamente estos resultados se encuentran muy alejados de las 78 fincas enajenadas durante la desamortización de Mendizábal-Espartero con un desembolso final de 597.054 rs[15]., aunque no su finca media que fue claramente superior en Godoy frente a los 7.654 rs., obtenido en estos dos decretos desamortizadores.

En cuanto a la naturaleza de las fincas, destacaron las fincas rústicas tanto por el número de fincas subastadas, el 88,9% como por el desembolso final registrado, el 89,2% del total. El claro predominio de las propiedades rústicas en el proceso desamortizador es una tendencia habitual en los diferentes procesos desamortizadores tanto en el territorio regional como nacional. En nuestro caso, Los Santos de Maimona se sitúa en un medio rural y agrario con una evidente vocación agroganadera[16] y donde las instituciones afectadas por la legislación desamortizadora se caracterizaron por poseer cierto patrimonio rústico cuyas rentas destinaban al mantenimiento de determinados servicios e instituciones. Además, no debemos olvidar que el agro en sus diferentes dimensiones constituía el principal factor generador de riqueza durante el periodo moderno y hasta bien entrado el siglo XIX. Las fincas urbanas partían, por tanto, con una variedad patrimonial considerablemente menor y  concentraron, por tanto, un reducido porcentaje, en concreto, el 11,1% del total.

Si nos detenemos en el análisis de las instituciones afectadas podemos observar que el grupo definido bajo la terminología de “vinculación eclesiástica” fue el mayoritario. Y resulta lógico que así fuera pues la legislación establecía un repertorio muy variado de entidades con dicho origen (memorias, obras pías, aniversarios, hermandades, obras pías, etc.). Y es que estas instituciones gracias a la devoción popular desarrollada y amparada por la Iglesia incrementaron de manera progresiva su patrimonio a lo largo del Antiguo Régimen. Sin embargo, estas propiedades no estaban controladas directamente por la propia jerarquía eclesiástica[17] y por tanto, el elemento civil era fundamental y básico en su organización[18]. En Los Santos de Maimona las instituciones paraeclesiásticas estaban formadas por tres obras pías, y once cofradías con una renta de 6.900 rs., generada por algo más de 100 fanegas de tierra de labor[19].

Las propiedades del clero secular y regular no estuvieron, al menos en principio, en la mente de los legisladores de esta desamortización y por tanto, sus ventas fueron escasas. En Los Santos no se registraron subastas con dicha procedencia y ello pese a la existencia de un convento de monjas de la Purísima Concepción. Finalmente, encontramos las propiedades de carácter civil que en este caso responden a bienes procedentes de vínculos. Los vínculos se deben entender como establecimientos o fundaciones que pretendían la sujeción de los bienes para perpetuarlos en una determinada sucesión o en un determinado empleo ya previamente establecido por el fundador del vínculo. Pues bien, gracias a esta nueva legislación se permitió de manera voluntaria a los poseedores de dichos vínculo sacar a subastas dicho patrimonio y sanear en la mayoría de los casos, sus maltrechas economías[20]. De esta manera, se enajenaron ocho propiedades de cuatro vínculos por la nada despreciable cifra de 94.846 rs., es decir, una cifra muy relevante propia de unos bienes muy atractivos en el mercado de subasta.

2.2.- Dinámica desamortizadora

La desamortización de Godoy en el territorio nacional se extendió desde septiembre de 1798 hasta finales de 1808. En Los Santos de Maimona el proceso comenzó en 1799 y se mantuvo prácticamente ininterrumpido hasta 1805 si exceptuamos el año 1801 donde no se registraron subastas. De esta manera, el desarrollo de las subastas se caracterizó por la venta anual de dos fincas excepto en los años 1800 y 1803 donde se enajenaron cinco propiedades respectivamente. Un ritmo muy similar encontramos en la dinámica desamortizadora regional donde los máximos se concentraron entre 1800 y 1802. Resultados que parecen lógicos pues asistimos a la puesta en marcha y consolidación de la maquinaria desamortizadora. Y así, los compradores interesados participaron en las subastas rematando propiedades de acuerdo con sus intereses económicos, fundamentalmente agropecuarios y su respectiva capacidad de compra.

Cuadro II. Dinámica desamortizadora. Los Santos de Maimona (1799-1805).-

Años
Nº de Fincas
Total-bienes (%)
Remate (rs.)
Total-remate (%)
1799
2
11,1
9.920
4,3
1800
5
27,8
33.280
14,3
1801
-------
-------
-------
-------
1802
2
11,1
16.010
7
1803
5
27,8
123.925
53,5
1804
2
11,1
23.150
10
1805
2
11,1
25.081
10,8
Total
18
100
231.366
100
Tras el año 1803, se inicia una clara tendencia de descenso definida por la subasta de dos fincas durante los dos años siguientes. Y si en el contexto regional hemos constatado un breve repunte de las subastas entre 1805 y 1806, éste no existió en Los Santos de Maimona. Las razones son diversas entre las que debemos considerar ciertas reticencias a participar en la compra de unos bienes procedentes en la mayoría de las ocasiones de instituciones de carácter devocional y piadoso que vinculados indirectamente a la iglesia permitían la supervivencia de determinados servicios de marcada dedicación social. Sin embargo, en esta ocasión, nos inclinamos a pensar especialmente en causas de tipo económico. Y es que con una finca media cercana a los 13.000 rs., eran muy pocos los que podían asistir a las subastas. De esta manera, pensamos que los beneficiarios participantes remataron las propiedades más atractivas a sus intereses tras un estudio previo de los bienes más interesantes en el mercado. Asistimos, por tanto, a una dinámica desamortizadora determinada por una demanda muy selectiva a tenor de los bienes puestos en circulación por la legislación desamortizadora. Por ello, tras la enajenación de dichas propiedades el número de fincas enajenadas descendió considerablemente durante los años 1804 y 1805.

2.3.- Naturaleza de las fincas desamortizadas

Las fincas enajenadas fueron mayoritariamente de naturaleza rústica, en concreto, el 88,9% del total de las fincas vendidas. Como ya indicamos previamente, las fincas con dicha naturaleza eran las predominantes en un medio claramente agrario y por tanto, su oferta de entrada era considerablemente superior al patrimonio urbano enajenado que tan solo alcanzó el 11,1% del total de las transferencias.

Cuadro III. Naturaleza de las fincas desamortizadas (1799-1805). Santos de Maimona.-

Fincas rústicas

Nº bienes

Total-bienes (%)
Remate (rs.)
Total-remate (%)
Tierra
6
33,3
63.675
27,5
Suerte de tierra[21]
5
27,8
59.000
25,5
Cortinal[22]
3
16,7
25.290
11
Finca
2
11,1
58.320
25,2
Total-fincas rústicas
16
88,9
206.285
89,2
Fincas urbanas
Nº bienes
Total-bienes (%)
Remate (rs.)
Total-remate (%)
Casa
2
11,1
25.081
10,8
Total fincas
18
100
231.366
100
Fuente: Archivo de Protocolos de Madrid. Notario: Juan López Fando. Tomos: 22.031; 22.054; 22.102; 22.125; 22.136 y 22.142.
El patrimonio rústico puesto en el mercado tras la legislación desamortizadora fue poco diverso y se centró en propiedades muy concretas: tierras, suertes de tierras, cortinales, y fincas. En la desamortización regional las propiedades rústicas alcanzaron una extraordinaria diversidad tipológica: pedazo de tierra, huerta, prado, dehesa, heredad, cercado, partida de yerbas, corralada, acera, olivar, viña, rozas, ganado, etc., variedad que como podemos observar no se subastó en Los Santos. Sin embargo, esto no quiere decir que los bienes transferidos fueran de poca importancia. Por el contrario, hubo propiedades de gran valor y muy apreciadas en el proceso de subasta. De esta manera, las propiedades de mayor valor a tenor de su remate medio fueron las siguientes: las fincas, las suertes de tierras, y las tierras con 29.160 rs.; 11.800 rs.; y 10.612 rs. Desconocemos la superficie total e individual que tenían cada una de las fincas pero, sin duda, alguna se trató de pequeñas superficies agrarias dedicadas a la agricultura de secano y especialmente al cultivo del cereal. En cualquier caso, nos encontramos con fincas muy caras ya fuese por su extensión y localización o por sus posibles potencialidades agrarias. Finalmente, las grandes superficies agrarias como las dehesas[23] no fueron enajenadas pues no pertenecían a ninguna de las instituciones afectadas por la legislación desamortizadora.

El patrimonio urbano enajenado fue poco significativo. Únicamente se vendieron dos casas por un valor medio de 12.540 rs., unos resultados poco relevantes tanto por el número de transferencias realizadas como por el desembolso global registrado en la venta de bienes de dicha naturaleza. No obstante, resulta sorprendente la escasa variedad tipológica de bienes urbanos subastados. Por que independientemente de su carácter minoritario en relación a las fincas rústicas lo cierto era que en el territorio regional se vendieron otras propiedades urbanas como fueron: hornos, molinos, cillas, depósitos de capital, lagar, solar, oficios, etc.; pero éstas fueron inexistentes en Los Santos. Esta circunstancia explica en gran medida la escasa aportación de la desamortización urbana en los resultados totales del proceso desamortizador de Godoy en Los Santos. Lógicamente, no eran de esperar unos datos finales de gran envergadura pues ya sabemos que las instituciones afectadas por esta legislación desamortizadora carecían de un patrimonio urbano de especial relevancia.


2.4.- Instituciones desamortizadas

En Los Santos de Maimona siete fueron las instituciones afectadas por la legislación desamortizadora de Godoy. Si nos centramos en su procedencia observamos como los bienes de vinculación eclesiástica fueron los mayoritarios con el 55,5% de las fincas totales transferidas. Un porcentaje algo menor alcanzaron las ventas propias de las instituciones civiles con el 44,4%. Finalmente, y como ya señalamos previamente, no existieron ventas relativas al clero secular y regular. Estos resultados resultan bastante lógicos a tenor de los propios derroteros de la legislación desamortizadora centrados principalmente en las instituciones de vinculación eclesiástica. Finalmente, las instituciones afectadas por el proceso desamortizador tenían su sede en Los Santos en un 86% es decir, en la casi práctica totalidad de los casos. Únicamente debemos señalar una única institución, en concreto, la obra pía fundada por el licenciado D. Fernando Moreno que tendrá su origen en Llerena.

Cuadro IV. Instituciones desamortizadas. Santos de Maimona. (1799-1805).-

Institución

Nº bienes
Total-bienes (%)
Remate (rs.)
Total-remate (%)
Obra pía fundada por el licenciado D. Fernando Moreno[24]

Tierra (2)

11,1

9.920

4,3
Obra pía fundada por Diego García, clérigo
Suerte de tierra (1)

5,6

35.000

15,1
Obra pía fundada por el alférez Pedro de Aguilar
Suerte de tierra (4)

22,2

24.000

10,4
Vínculo fundado por D. Bartolomé Sánchez Pavón, presbítero

Tierra (4)
Cortinal (2)

33,3

69.765

30,2
Vínculo fundado por Diego Salguero Luna[25]

Casa (2)

11,1

25.081

10,8
Cofradía de Ánimas
Finca (2)
11,1
58.320
25,2
Hermandad de San Pedro
Cortinal (1)
5,6
9.280
4
Total
18
100
231.366
100
Fuente: Archivo de Protocolos de Madrid. Notario: Juan López Fando. Tomos: 22.031; 22.054; 22.102; 22.125; 22.136 y 22.142.

Las instituciones de vinculación eclesiástica afectadas por la legislación desamortizadora fueron: obra pía, hermandad, y cofradía[26]. Se trataba de instituciones caracterizadas por una clara transferencia de sus bienes a lo largo de dicho proceso, y no solo en Los Santos, también en todo el territorio regional. No obstante, no hemos contabilizado otras entidades que con el mismo origen sí estuvieron presentes en la desamortización extremeña como fue el caso de las capellanías, las colecturías, devociones, aniversarios, legados, dotaciones, patronatos[27], etc., y ello pese a poseer un patrimonio paraeclesiástico de cierta relevancia.

Las instituciones de vinculación eclesiástica que concentraron el mayor número de ventas fueron las obras pías con el 33,3% de las transferencias. Y así, destacamos la obra pía fundada por el alférez Pedro de Aguilar[28], que como veremos posteriormente tendrá una gran trascendencia en el reparto concejil de 1837, junto a las otras dos restantes fundadas por el clérigo Diego García y por el licenciado Fernando Moreno caracterizadas, en todos los casos, por la pérdida tras el proceso desamortizador de numerosas propiedades rústicas de gran valor a tenor de los remates obtenidos. El resto de las instituciones integradas en este grupo estuvieron representadas únicamente por la Cofradía del Santísimo y la Hermandad de San Pedro y ello pese a la existencia de un número realmente importante de entidades con una procedencia similar, o al menos en el ámbito de las cofradías, donde se contabilizaron en el año 1791 un total de once. En cualquier caso, volvemos a encontrar como ya vimos con las obras pías un proceso desamortizador centrado en las subastas de propiedades rústicas de gran valor. Finalmente, encontramos los vínculos fundados por Diego Salguero Luna y por el presbítero d. Bartolomé Sánchez Pavón que tras la transferencia de seis propiedades en el primer caso y dos en el segundo concentraron el 44,4% del total de todas las fincas enajenadas así como el 41% del desembolso final por una inversión de 94.846 rs. Y es que los bienes procedentes de vínculos solían ser en la mayoría de los casos propiedades de gran valor y ello, pese a las dificultades de sus administradores para mantenerlos o revalorizarlos en el mercado.

2.5.- Los beneficiarios/compradores del proceso desamortizador

En la desamortización de Godoy en Los Santos de Maimona participaron un total de 5 compradores, cuatro de ellos vecinos de la localidad y otro de Zafra. Esta cifra suponía el 0,5% de los 982 vecinos registrados en Los Santos a la altura de 1791 y poco más del 0,1% del total de habitantes. La inversión media se sitúo en 46.273 rs., un desembolso muy superior a lo establecido para la finca media. Nos encontramos, por tanto, con unos compradores caracterizados por una alta capacidad de compra. Así pues, asistimos a un proceso absolutamente elitista donde únicamente participó un sector muy minoritario de la población caracterizado por controlar los resortes del poder político y económico. Lógicamente el resto de la población estuvo ausente de la dinámica desamortizadora pues partía de unos limitados niveles de renta e inversión[29] y, por tanto, con escasas posibilidades de remate a la hora de asistir a los diferentes procesos de subasta. En cualquier caso, la presencia mayoritaria de las clases dirigentes en el proceso desamortizador de Godoy no fue sólo una constante en Los Santos, pues en realidad constituía una tendencia habitual y reiterada en numerosos municipios extremeños[30]. Sin embargo, estas élites locales no solían tener una especial relevancia fuera de su propia población y eran, en líneas generales, grandes desconocidos a nivel provincial y regional.

Cuadro V. Resumen: fincas adquiridas, compradores, inversión. Los Santos (1799-1805).-
Beneficiarios
Fincas adquiridas
Inversión (rs.)
Inversión media (rs.)
Nº de bienes
1
1
35.000
35.000
1
2
2
39.160
19.580
4
1
5
33.280
33.280
5
1
8
123.926
123.926
8
5

231.366

18

Desde un punto de vista estrictamente cuantitativo los 5 compradores remataron una media de 3,6 fincas, una cifra realmente importante que revela con claridad la alta capacidad de compra de los beneficiarios participantes. Si a ello le sumamos el valor medio de inversión por beneficiario con 46.273 rs., y los 12.853 rs., de la finca media enajenada, nos encontramos con un proceso desamortizador, que como ya advertíamos previamente, fue extraordinariamente elitista y alejado, por tanto, de cualquier grupo social no integrado en las oligarquías políticas y socioeconómicas del municipio. Y un buen ejemplo, lo encontramos en la actividad compradora de los beneficiarios participantes. De esta manera, dos compradores remataron el 72,2% del total de las propiedades enajenadas, así como el 68% del desembolso final, aunque uno sólo ya aportó el 53,5% del total. Por otro lado, los tres beneficiarios restantes remataron cinco propiedades por un remate final de 74.160 rs el 32% del capital final. De esta manera, y como también sucedió con los dos beneficiarios previos, estos compradores asistieron a las subastas para rematar fincas de especial interés para sus negocios y, por tanto, sus inversiones superaron con claridad el valor medio estipulado para las fincas subastadas en dicho proceso desamortizador.

Cuadro VI. Compradores de la desamortización. Los Santos de Maimona (1799-1805).
Beneficiarios
Propiedades adquiridas
Inversión (rs.)
1
D. Domingo Martín Mediano
Cortinal (2)
16.010
2
D. Francisco Javier Álvarez
Tierra (2)
23.150
3

D. García de Sotomayor
Suerte de tierra (4)
Cortinal (1)

33.280

4

D. Josef Suárez Blanco
Tierra (4)
Casa (2)
Finca (2)

123.926
5
D. Juan Guerra
Suerte de tierra (1)
35.000

TOTAL
18
231.366
Fuente: Archivo de Protocolos de Madrid. Notario: Juan López Fando. Tomos: 22.031; 22.054; 22.102; 22.125; 22.136 y 22.142.
Si nos detenemos en un análisis más detallado de los beneficiarios podemos definir con claridad su vinculación a la élite municipal política, social y económica de Los Santos, más un comprador vecino de Zafra.

D. José Suárez Blanco fue boticario y alcalde 2º de Los Santos[31]. Realizó una extraordinaria inversión en la desamortización de Godoy rematando ocho propiedades por un valor superior a los 120.000 rs. Se trata, sin lugar a dudas, del primer gran beneficiario de este proceso desamortizador en Los Santos de Maimona. Por otro lado, en Fuente de Cantos lo encontramos redimiendo un censo con un capital de 8.000 rs., perteneciente a la obra pía del Conde Montalbán[32].

D. García de Sotomayor y Solís fue un importante personaje santeño de la época. Estuvo casado con la ya difunta en 1812 doña Luisa Fernández de Henestrosa, a su vez madre de don Juan Manuel Rico de los Ríos, conde de Henestrosa y abuela de don Juan Manuel Rico[33]. El valor de los bienes que dejó la fallecida ascendió a 291.834 reales[34]. D. García de Sotomayor y Solís fue Procurador Síndico General del ayuntamiento de Los Santos[35] y además tuvo la condición de noble[36].

D. Francisco Álvarez fue un poderoso hacendado de Zafra ilustrado y fisiócrata[37], posiblemente emparentado con d. Juan Guerra, noble y rico hacendado santeño[38] y también adquiriente de bienes desamortizados. D. Juan Guerra participó en la elección de oficios municipales del año 1801 en donde recibió uno de ellos y se proclamaba noble[39].

De D. Domingo Martín Mediano carecemos de datos, pero a juzgar por su apelativo de “don” y su inversión de 16.000 reales a principios del siglo XIX en una población mediana como Los Santos de Maimona, debía pertenecer a la oligarquía económica local al menos.

6.- La desamortización de censos

En Los Santos de Maimona se redimieron 7 censos con un capital global de 17.686 rs., y un total de seis redimentes participantes. En relación con el contexto regional el volumen de censos redimidos fue del 0,3% y en cuanto al capital total tan solo aportó el 0,23%. La inversión media por redimente fue de 2.526 rs., una cifra situada muy por debajo de la inversión media regional. Las instituciones afectadas por la redención de censos fueron tres: el clero regular, las entidades civiles y el grupo de vinculación eclesiástica. Y fue especialmente este último grupo quién concentró la mayor parte de las redenciones con el 57% del total. En una posición claramente secundaria encontramos la redención de dos censos a los Propios de Los Santos y tan solo una al Convento de la Purísima Concepción. Una vez más, el grupo de instituciones paraeclesiásticas resultó claramente afectado por la normativa dedicada a la redención de censos. Esta circunstancia nos ayuda a entender la importancia de este tipo de entidades durante el periodo moderno así como su potencial económico, sin duda, de mayores proporciones a lo estimado tradicionalmente[40]. Por otro lado, ninguna de las instituciones afectadas por la redención de censos había sufrido previamente el proceso desamortizador de Godoy, excepto la Hermandad eclesiástica de San Pedro. Finalmente, todas las instituciones se localizaron en Los Santos así como los redimentes, lo que nos conduce a un proceso eminentemente local tal y como sucedió en la desamortización de fincas.

Cuadro VII. Desamortización de censos (1801-1807). Los Santos de Maimona.-

Año
Nº censo
Institución
Capital (rs.)
Redimente

1801

1
Capellanía de Diego Chávez Villavaín y Galindo, presbítero

7.333

Alonso Carvajal
1802
1
Propios
1.300
D. Domingo Martín Mediano
1806
1
Propios
933
D. Benito Ramírez

1806

1
Convento de las monjas de la Purísima Concepción

5.600

D. Miguel de San Martín
1807
1
Capellanía fundada por Juan Medina Benavides
1.100
D. Juan Guerra
1807
1
Hermandad eclesiástica de San Pedro
533
D. Santiago Lemos
1807
1
Capellanía fundada por Fernando Aguilar
887
D. Santiago Lemos
Total
7

17.686

Fuente: Archivo de Protocolos de Madrid. Notario: Juan López Fando. Tomos: 22.085; 22.102; 22.157; 22.172; y 22.174-2.
Las redenciones experimentaron una evolución cronológica irregular y muy diferente a la desarrollada en el propio proceso desamortizador. De esta manera, las ventas fueron testimoniales en los primeros años, y así, únicamente hemos registrado dos redenciones, en los años 1801 y 1802. Posteriormente, no volvemos a contabilizar nuevas redenciones hasta los años 1806 y 1807 con dos y tres respectivamente.

Los redimentes participantes en este proceso fueron los que siguen. D. Santiago Lemos fue regidor municipal ya en el siglo XVIII[41]. En el año 1800 fue alcalde ordinario de Los Santos de Maimona junto al conde de Henestrosa, d. José María Rico[42]. D. Santiago Lemos fue también un rico oligarca santeño que estuvo vinculado al arriendo de aguardientes y licores en su localidad[43] y al arriendo de tierra, pues en el año 1809 arrendó tierra a otros comprometiéndose a pagar 4.400 reales anuales entre 1810 y 1815[44]. Redimió dos censos por valor de 1.420 rs.

D. Juan Guerra y d. Domingo Martín Mediano adquirieron fincas en esta misma desamortización de Godoy y ya hemos dado su perfil. Redimieron cada uno un censo por un capital de 1.300 rs., y de 1.100 rs., respectivamente.

Benito Ramírez redimió un capital de censo de 933 rs. No obstante, los dos grandes redimentes fueron Alonso Carvajal y d. Miguel de San Martín que redimieron respectivamente un censo por valor de 7.333 rs., y de 5.600 rs.

El mismo acto de redimir, es decir, de desgravar sus propiedades eliminando los censos que pesaban sobre ellas, indica que los redimentes eran propietarios. Los capitales individuales que gravaban los censos no eran pequeños para un pueblo mediano como Los Santos de Maimona, lo que quiere decir que las propiedades que los soportaban debían tener una cierta solidez y en consecuencia estamos ante unos redimentes con un patrimonio de mediano a grande.

De todas formas, la redención de censos en Los Santos de Maimona fue un proceso poco relevante tanto por pequeño número de censos redimidos, por el escaso capital global movilizado y su reducido grupo de redimentes. Y es que, como veremos posteriormente, la redención censos alcanzó bastante más relevancia en la desamortización de Madoz.


3.- La desamortización del Trienio Liberal (1820-1823)

Esta desamortización tuvo un carácter menor en toda España, porque Fernando VII devolvió durante la posterior Década Ominosa (1823-1833) a las instituciones desamortizadas los bienes que les habían enajenado durante esta etapa desamortizadora. Con la definitiva llegada del liberalismo (año 1834), les fueron devueltos los bienes adquiridos a los antiguos compradores que los reclamaron, pero pocos los habían pagado durante el Trienio Liberal, entre otras razones por falta de tiempo; y como las condiciones ofrecidas por la nueva desamortización de Mendizábal eran mejores que las del Trienio Liberal, los que aún no habían desembolsado el valor de los bienes rematados en el Trienio, optaron por adquirirlos según la normativa de Mendizábal[45].

La desamortización del Trienio Liberal en Los Santos de Maimona fue casi simbólica. Sólo se enajenó un partido de tierra de 85 fanegas (54,7hectáreas), 12 de 1ª calidad, 50 de 2ª calidad y 23 de 3ª calidad. Procedía de la Encomienda de Los Santos de Maimona. Salió a subasta con una tasación de 15.932 reales el 11 de enero de 1822 y se remató por 20.020 reales. Los compradores fueron tres y pagaron casi todo el remate en el año de 1822. Cuando recuperaron su propiedad en el año 1838 (Decreto de 3 de septiembre de 1835 de devolución de bienes desamortizados en el Trienio Liberal) sólo abonaron unos 6.000 reales. Los compradores fueron tres y remataron por terceras parte: Antonio de Soto, cura de la aldea de San Jorge (Olivenza), Joaquín López Pereira y el conde de Henestrosa, los dos últimos vecinos de Los Santos de Maimona. En el año 1838 aparecía en vez del conde de Henestrosa, otro personaje, D. Antonio Ulloa, esposo de D.ª María de los Dolores Rico y Henestrosa, hija y heredera del conde[46].

Madoz añadía que durante el Trienio Liberal se suprimió un convento de monjas, que en la época de Madoz estaba ya reducido a propiedad particular[47]. Pero se refería al convento de monjas de la Concepción vendido en el año 1843, durante la desamortización de Mendizábal-Espartero.


4.- La desamortización de Mendizábal-Espartero (1836-1850)

A nivel nacional la desamortización de Mendizábal se puso en marcha en el año 1836 con la enajenación, fundamentalmente, de bienes y censos del clero regular y desde el año 1841 se solapó ésta con la desamortización de Espartero que afectó sobre todo a bienes y censos del clero secular. La desamortización fue perdiendo fuerza a lo largo de la Década Moderada (1844-1854).

En el caso de Los Santos de Maimona la desamortización de Mendizábal-Espartero se inició en 1836 y llegó, con algunos años de carencia, hasta 1850. Sólo se enajenaron bienes, no hubo desamortización de censos.

Las fuentes utilizadas en el análisis de esta etapa desamortizadora para el caso de Los Santos de Maimona han sido básicamente las empleadas en la tesis, tesina y otras publicaciones de los autores de la presente investigación[48]. Los datos proceden de la misma bibliografía básicamente[49].




4.1.- Análisis general de las fincas desamortizadas

La información general aparece en el cuadro siguiente. La superficie viene expresada ya directamente en hectáreas y el dinero en reales.

Cuadro nº I. Datos generales. Desamortización de Mendizábal-Espartero.
Los Santos de Maimona.-

Datos totales
Total
Provincia
Badajoz
Total
Municipio
Los Santos
Los Santos
en prov.
Badajoz (%)
Nº fincas totales
7.525
78
1,03%
Valor tasación total
59.715.015 rs.
413.197rs.
0,69%
Valor remate total
130.342.385 rs.
597.054 rs.
0,45%
Cotización
218,27%
144,5%

Valor remate finca media
17.321 rs.
7.654 rs.

Tipos de fincas[50]
(rústicas/urbanas)



Número fincas rústicas
6.790 (90,23%)
73 (93,6%)
1,07 %
Remate fincas rústicas
115.630.831 rs. (88,71%)
474.854 rs. (79,5%)
0,41 %
Superficie fincas rústicas[51]
81.009 has.
447,5 has.
0,55 %
Valor finca media rústica
17.029 rs.
6.504 rs.

Superficie media finca rústica
11,9 has.
6,1 has.

Valor ha.
1.427 rs.
1.061 rs.

Número fincas urbanas
735  (9,77%)
5 (6,4%)
0,68 %
Remate fincas urbanas
14.711.554 rs. (11,29%)
122.200 rs. (20,5%)
0,83 %
Valor finca media urbana
20.015 rs.
24.440 rs.

Procedencias de las fincas
(clero regular y secular)



Número fincas regulares
3.521 (46,79%)
41 (52,6%)
1,16 %
Remate fincas regulares
102.835.762 rs. (78,88%)
340.882 rs. (57,1%)
0,33 %
Superficie fincas rústicas regulares
56.078 has. (69,22%)
282 has. (63%)[52]
0,50 %
Número fincas seculares
3.913 (52,00%)
37 (47,4%)
0,94 %
Remate fincas seculares
23.937.962 rs. (18,36%)
256.172 rs. (42,9%)
1,07 %
Superficie fincas  rústicas seculares
22.789 has. (28,13%)
165,5 has. (37%)
0,72 %

En la provincia de Badajoz se desamortizó sólo en 143 pueblos. Y en consecuencia al pueblo medio pacense le correspondería una venta de 53 fincas con un remate global de 911.485 reales. En Los Santos de Maimona se enajenaron más fincas (78 unidades de remate), pero con un valor de venta notablemente inferior (597.054 rs.). De ahí que el porcentaje de fincas santeñas enajenadas sume el 1,03% del total provincial y el valor de sus remates baje a más de la mitad, al 0,45% del valor provincial.

Las fincas santeñas salieron a subasta con un valor de tasación bajo en el contexto provincial (0,69% del total provincial) y en las subastas la puja fue poco intensa, pues el valor de remate fue mediocre (0,45% del total provincial) y en consecuencia su cotización estuvo muy por debajo de la media provincial, el 144,5% en Los Santos de Maimona frente a un 218,27% de media en la provincia[53]. Esta tendencia a la baja de la desamortización de Mendizábal-Espartero en Los Santos de Maimona queda confirmada por la escasa entidad de su finca media (7.654 rs.) que no alcanzó ni la mitad del valor de la finca media provincial (17.321 rs.).

Sin embargo la desamortización de Mendizábal-Espartero en Los Santos de Maimona ocupó un lugar intermedio en su partido judicial, por detrás de las poblaciones con una desamortización más relevante como Zafra (2.584.786 rs.), Fuente del Maestre (1.326.578 rs.), Feria (1.233.113 rs.) y Medina de las Torres (612.218 rs.), pero por delante de otras localidades donde la desamortización fue menos significativa, como Puebla de Sancho Pérez (483.572 rs.), La Alconera (421.142 rs.), La Parra (102.955 rs.) y La Morera (14.094 rs.)[54].

La casi totalidad de las fincas enajenadas en esta localidad fueron rústicas, en la línea de lo que ocurrió a nivel provincial, aunque con un porcentaje algo superior (93,6%). Sin embargo las fincas rústicas santeñas tuvieron un valor de remate algo más mediocre, que se corresponde con su inferior porcentaje del valor de su remate global y con la mediocridad de los valores tanto de su finca media rústica como del valor de su hectárea de superficie rústica. No obstante sus 447,5 has. de superficie enajenada alcanzaron un porcentaje algo superior a nivel provincial que su valor de remate (0,55% frente a 0,41%).

En contraposición a las fincas rústicas las fincas urbanas fueron porcentualmente menos numerosas que a nivel provincial, un 6,4% local frente a un 9,77% provincial, pero alcanzaron un valor porcentual de remate muy superior al del valor de remate provincial (el 20,5% frente al 11,29%). En consonancia con lo dicho, el valor de la finca urbana santeña (24.440 rs.) fue superior al de su homónima provincial (20.015 rs.). En resumen, las fincas rústicas de Los Santos de Maimona estuvieron por debajo de los parámetros provinciales y las urbanas estuvieron por encima. Claro que cuantitativamente las fincas rústicas fueron absolutamente dominantes.

En la procedencia de las fincas enajenadas se observa que no las hubo de origen civil en Los Santos de Maimona[55]. En esta localidad las fincas procedentes de clero regular (órdenes religiosas) dominaron en todos los aspectos (número de fincas, valor de remate y superficie rústica) a las fincas procedentes del clero secular[56]. En este aspecto coinciden con el nivel provincial, salvo en el número de fincas. Sin embargo las fincas seculares santeñas, a pesar de estar en minoría frente a las regulares al igual que las del ámbito provincial, en cambio fueron más valiosas y más grandes que estas últimas como lo demuestran sus porcentajes superiores tanto en remate (42,9% frente a 19,36%) como en la superficie rústica (37% frente a 28,13%).


4.2.- Naturaleza de las fincas desamortizadas.

Se han desglosado en rústicas y urbanas, y dentro de ellas se han jerarquizado de mayor a menor según su valor de remate.

Cuadro II. Naturaleza de las fincas desamortizadas. Desamortización Mendizábal-Espartero.Los Santos de Maimona

Naturalezas

Nº Fincas
(%)
Remate (rs.)
(%)
Superficie (has.)
(%)
Valor ha.
Los Santos (rs.)
Valor ha.
Provincia (rs.)
Tierra
51
(69,86%)
290.016
(61,1%)
423,7
(94,7%)
684
817
Olivar
15
(20,55%)
97.437
(20,5%)
13,1
(2,9%)
7.495
11.320
Huerta
4
(5,48%)
77.481
(16,3%)
7,6[57]
(1,7%)
10.194
12.810
Cortinal
2
(2,74%)
8.420
(1,8%)
1,8
(0,4%)
4.677
3.350
Cercado
1
(1,36%)
1.500
(0,3%)
1,3
(0,3%)
1.164
5.147
Total natur.
rústica
73
(100%)
474.854
(1100%)
447,5 has.
(100%)
----------
----------
Convento[58]
1
(20%)
66.000
(54%)
----------
----------
----------
Casa
3
(60%)
43.700
(35,8%)
----------
----------
----------
Ermita
1
(20%)
12.500
(10,2%)
----------
----------
----------
Total natur.
urbana
5
(100%)
122.200
(100%)
----------
----------
----------

Los tipos de fincas rústicas que hubo en la desamortización santeña fueron sólo cinco, número muy alejado de los 14 tipos de la desamortización provincial[59]. Además en la desamortización de Mendizábal-Espartero de Los Santos de Maimona no se enajenaron dehesas, que fueron, por valor y superficie, el tipo de fincas rústica absolutamente dominante de la desamortización provincial[60]. En consecuencia la desamortización santeña no podía tener unos valores relevantes en el conjunto provincial[61].

Sin embargo ambas coinciden en situar a la tierra, por valor de remate y por superficie global, en un  lugar preferente (1ª o 2ª), en tercero-cuarto lugar sitúan al binomio olivar-huerta e inmediatamente después al cercado[62]. Solo desentona el cortinal, que en la desamortización santeña alcanzó un valor muy superior que en el ámbito provincial.

Los tipos de fincas rústicas denotan una agricultura mediterránea de secano dominante en Los Santos de Maimona, con las tierras de cereal como cultivo esencial, seguido a gran distancia del olivar y, en donde se disponía de agua, de la huerta. El cortinal es un tipo de tierra de baja calidad en este entorno agrario y el cercado es, más que una naturaleza, una fórmula de organización de las explotaciones agrarias.

Naturalmente las hectáreas más valoradas son las de huerta y olivar mientras que la menos valorada es la de tierra. En esta circunstancia Los Santos de Maimona coincide básicamente con la valoración a nivel provincial.

Los tipos de fincas urbanas en la desamortización santeña aún son más reducidos, con tres tipos frente a los 22 del ámbito provincial[63]. Sin embargo coinciden en que los dos tipos fundamentales son los conventos y las casas, mientras que las ermitas tuvieron un valor muy reducido[64].

En conjunto, la desamortización santeña destaca por su escasez de tipos de sus fincas, con algunas carencias clamorosas (la falta de dehesas); pero está en la línea de la desamortización provincial en cuanto a la jerarquización dentro de sus tipos de fincas.

4.3.-Instituciones desamortizadas

En el cuadro siguiente se ordenan las instituciones en función de su triple procedencia: clero regular, clero secular e instituciones de vinculación eclesiástica o instituciones paraeclesiásticas, y dentro de cada procedencia las instituciones se ordenan de mayor a menor en función de su valor de remate[65].

Cuadro III. Instituciones desamortizadas. Desamortización de Mendizábal-Espartero.  Los Santos de Maimona

Instituciones desamortizadas
Localidad
de origen
Remate
(rs.)
Superficie rústica (has.)
Convento de la Concepción
(monjas concepcionistas)
Los Santos
218.747
198,7
Convento de de la Cruz de Cristo
(monjas franciscanas )
Zafra
68.453
27,5
Convento de Santa Clara
(monjas clarisas)
Zafra
23.816
25,2
Convento de la Encarnación
(monjas agustinas)
Puebla de Sancho Pérez
23.366
29,6

Convento de Santa Catalina
(monjas dominicas)
Zafra
6.500
1
Total clero regular
-----------
340.882
(57,1%)
282
(63%)
Fábrica parroquial de la Insigne Colegiata de Santa María
Zafra
33.020
49
Beneficio curado
Los Santos
12.100
14,1
Ermita de Nuestra Señora de la Estrella
Los Santos
10.600
11
Beneficio curado de don Juan Fajardo
Los Santos
3.700
0,4
Total clero secular
----------
59.420
(9,9%)
74,5
(16,7%)
Hermandad de San Pedro
Los Santos
60.916
56,7
Capellanía de don Diego Monroy
Los Santos
38.431
12,9
Capellanía de misa de doce
Los Santos
37.500
1,6
Obra Pía de don Diego Tinoco
Los Santos
16.430
3,5
Obra Pía de don Diego Monroy
Los Santos
16.000
----------
Hermandad de San Andrés
Los Santos
12.500
----------
Cofradía de San Pedro
Los Santos
7.200
-----------
Cofradía de la Virgen del Rosario
Los Santos
4.100
7,8
Capellanía de San Pedro
Los Santos
3.675
8,5
Total instituciones paraeclesiásticas
-----------
196.752
(33%)
91
(20,3%)
Total todas las instituciones
(regular+secular+paraeclesiásticas)
-----------
597.054
(100%)
447,5
(100%)

Las fincas de las instituciones del clero regular (frailes y monjas) hacen el mayor aporte en valores de remate y de superficie (el 57,1% del remate global y el 63% de la superficie vendida). Así pues soportaron la mayor parte del impacto enajenador. Todas las instituciones fueron convento de monjas, sin ningún convento de frailes.

La institución más afectada por el proceso enajenador del clero regular y de todo el clero en general, fue el convento de las monjas concepciones de Los Santos de Maimona. A gran distancia le siguió en importancia, también a nivel general, en valor de remate, el convento de la Cruz de Cristo de mojas franciscanas en Zafra. Los otros tres conventos hicieron una aportación en valor y en superficie rústica muy inferior.

Las instituciones del clero secular estricto[66] se vieron muy poco afectadas tanto en número como en cuantía por el proceso desamortizador, con el 9,9% del valor de remate total y el 16,7% de la superficie rústica enajenada. Destacó la fábrica parroquial de la Insigne Colegiata de Zafra. Así pues los bienes del clero secular santeño se vieron afectados muy poco por la desamortización de Mendizábal-Espartero, bien porque fueron protegidos de alguna forma o bien porque estos bienes resultaran ser de escasa cuantía[67].

Sin embargo los bienes de las instituciones paraeclesiásticas se vieron mucho más afectados que los del clero secular, ocupando el segundo lugar por detrás de los bienes del clero regular. Los bienes praeclesiásticos fueron objeto de una intensa desamortización, no sólo en esta desamortización de Mendizábal-Espartero, sino también, como ya se ha estudiado, en la anterior desamortización de Godoy. Las instituciones afectadas en la presente desamortización fueron hermandades, capellanías, obras pías y cofradías.

Hubo algunas instituciones de este tipo fueron especialmente relevantes. La Hermandad de San Pedro fue, a nivel general, la segunda institución más afectada por superficie enajenada (56,7 has.) y la tercera en cuanto al valor de bienes vendidos (60.916 rs.). Las capellanías de don Diego Monroy y de misa de doce ocuparon respectivamente los puestos cuarto y quinto a nivel general por el valor de sus bienes enajenados. Así pues aún les quedaban bienes después de la desamortización de Godoy a las instituciones paraeclesiásticas en Los Santos de Maimona. Algunas de ellas debieron gozar de un patrimonio considerable.


4.4.-Instituciones desamortizadas locales y foráneas

Hubo un número importante de instituciones desamortiza das en el término de Los Santos de Maimona que tenían su residencia en otras localidades de alrededor. En concreto, cuatro de los cinco conventos de monjas afectados en el término municipal de Los Santos tenían su residencia fuera de esta localidad; tres de ellos estaban radicados en Zafra y el otro en Puebla de Sancho Pérez. Y la institución más afectada del clero secular, la fabrica parroquial de la Insigne Colegiata de Santa María, pertenecía a Zafra. Así pues hubo importantes instituciones del clero foráneos con patrimonio en Los Santos de Maimona, especialmente del clero de la vecina Zafra. Cinco fueron las instituciones foráneas afectadas por la desamortización de Mendizábal-Espartero en el término municipal de Los Santos.

Sin embargo, las instituciones foráneas tuvieron un papel bastante más reducido que las instituciones locales. Las foráneas aportaron el 26% del valor de remate total y el 29,6% de la superficie enajenada.

Cuadro IV. Instituciones desamortizadas locales y foráneas. Desamortización de Mendizábal-Espartero. Los Santos de Maimona.-
Instituciones Desamortizadas
Localidad
de origen
Remate (rs.)
(%)
Superficie rústica (has.)
(%)
5 Instituciones
Foráneas
Zafra, P. de Sancho Pérez
155.155
(26%)
132,3
(29,6%)
13 Instituciones
Locales
Los Santos
de Maimona
441.899
(74%)
315,2
(70,4%)

Así pues las grandes protagonistas de la desamortización de Mendizábal-Espartero en Los Santos de Maimona fueron sus instituciones locales. Estas constituyeron 13 de las 18 instituciones afectadas,  y aportaron el 74% del valor de remate total y el 70,4% de la superficie rústica vendida. Incluso el valor medio alcanzado por estas instituciones locales fue mayor que el de las foráneas, 33.992 reales frente a 31.031 reales. Esto pone de relieve que el patrimonio individual y colectivo de las instituciones santeñas afectas fue superior, en términos generales, al de las foráneas.


4.5. Evolución cronológica del proceso desamortizador

La cronología de la desamortización de Mendizábal-Espartero en la provincia de Badajoz se inició en el año 1836 y terminó en el año 1852. Así pues duró 17 años y se dividió en tres períodos[68].



Cuadro V. Dinámica desamortizadora. Desamortización de Mendizábal-Espartero.

Los Santos de Maimona.-

 Años
Nº de Fincas
% sobre el total
Valor de remate (rs.)

% sobre el total

1836
1
1,3%
1.050
0,2%
1837
12
15,4%
127.112
21,3%
1838
15
19,2%
107.522
18%
1839
4
5,1%
8.385
1,4%
Período 1º
1836-39
32
41%
244.069
40,9%
1842
8
10,2%
61.384
10,3%
1843
13
16,7%
150.410
25,2%
1844
23
29,5%
124.991
20,9%
Período 2º
1842-44
44
56,4%
336.785
56,5%
1850
2
2,6%
16.200
2,7%
Período 3º
1850
2
2,6
16.200
2,7%
Total tres períodos
78
100%
597.054
100%

En Los Santos de Maimona este proceso desamortizador se inició tempranamente, en el año 1836 y se acabó tardíamente, en 1850[69]. Sin embargo sólo duró ocho años, porque intercaló entre 1836 y 1850 siete años de carencia.

Los años de carencia determinaron tres períodos muy diferenciados en el proceso desamortizador santeño, que coinciden básicamente con los tres períodos de la desamortización provincial, y a la vez tienen características similares. El primer período se extendió entre 1836 y 1839. Coincidió con la desamortización estricta de Mendizábal, que afectó a los bienes del clero regular. Al igual que a nivel provincial los valores de remate y de superficie enajenada superaron ligeramente el 40%. Este primer período ocupó el segundo lugar en importancia de los tres existentes.

El período más destacado a nivel de Los Santos de Maimona y a nivel provincial fue el segundo. En dicho período se solaparon la desamortización de Mendizábal ya en marcha con la nueva de Espartero, que afectó a los bienes del clero secular y bienes paraeclesiásticos. Este segundo período aportó a nivel provincial el 50% del valor de remate y de la superficie rústica enajenada, pero en Los Santos de Maimona fue aún más importante con el 56% de ambos conceptos.

El tercer período fue muy poco importante a nivel provincial, pues los liberales moderados en el poder (Década Moderada, 1844-1854) frenaron contundentemente el proceso desamortizador. Pero en Los Santos de Maimona este tercer período fue totalmente marginal y anecdótico por la cuantía de lo enajenado.




4.6.-Análisis de los compradores/beneficiarios de la desamortización

Nos centraremos en sus adquisiciones y su situación económica, fiscal y profesional. También nos ocuparemos de su nivel de disfrute de derechos electorales y de su actividad política, siguiendo un modelo utilizado anteriormente[70].

Fueron 39 los compradores de bienes nacionales en el término municipal de Los Santos de Maimona. Dos de estos compradores fueron conocidos procuradores de la ciudad de Badajoz que se dedicaron a comprar por cuenta ajena, Miguel Ántonio de Arrate y Pedro de la Hera. Hubo un tercero, funcionario sevillano en la ciudad de Badajoz, que también se dedicó a este menester, Manuel Rull. Pero entre los tres apenas invirtieron la cantidad de 67.015 reales. Así pues, de todas maneras, los testaferros tuvieron un papel poco relevante en la desamortización santeña.

Los 39 compradores de bienes nacionales en la localidad de Los Santos de Maimona representaron el 2,18% de los 1.782 compradores que hubo en toda la provincia de Badajoz. Es un porcentaje que se puede calificar de mediano bajo en el contexto provincial. En el cuadro siguiente hemos ordenado a los compradores de mayor a menor en función de la inversión que realizaron en Los Santos de Maimona.

Cuadro VI. Los compradores y sus adquisiciones. Desamortización de Mendizábal-Espartero.
Los Santos de Maimona

Filiación compradores
Vecindad compradores
Remates (rs.)
Superficie
adquirida (has.)
D. Juan Durán
Los Santos de Maimona
79.374
68,4
D. Juan Antonio Murillo Uribe
Los Santos de Maimona
66.802
0,3
Miguel Antonio de Arrate
Badajoz
57.430
4,1
D. Antonio Lemos Muñoz
Los Santos de Maimona
46.800
72
D. Tomás María Romero
Los Santos de Maimona
45.949
13,8
Santiago Saavedra
Los Santos de Maimona
36.650
17,3
D. Juan Jesús Garay
Villafranca de los Barros
28.080
29
D. Antonio Ulloa y Ortiz
Los Santos de Maimona
21.700
0,8
Juan Vicente Zapata
Los Santos de Maimona
20.976
34,8
D. Isidoro Valladolid
Los Santos de Maimona
20.500
-------
Juan Galán
Los Santos de Maimona
16.200
42,6
D. José Matamoros
Villafranca de los Barros
12.500
6,9
D. Juan Antonio Oyardo
Los Santos de Maimona
12.100
5,1
D. Prudencio Querol
Badajoz
11.560
3,2
Josefa Rangel[71]
Zafra
10.100
1,9
D. Francisco Álvarez Guerra
Zafra
10.000
25,8
D, Manuel Rull
Badajoz
8.381
3,2
D. José Álvarez Guerra
Zafra
8.100
18
D. Ramón Cardona
Villafranca de los Barros
8.030
2,1
Antonio Acosta
Los Santos de Maimona
7.200
------
D. Bonifacio Mediano
Zafra
6.330
1,6
Benito Romero
Los Santos de Maimona
6.000
3,9
Luis Vera Cornejo
----------
6.000
5,2
D. Juan Torre Guerra
Los Santos de Maimona
5.700
13,6
Antonio Montaño Apolo
Los Santos de Maimona
5.450
12,9
D. Francisco Reyes Flores
Los Santos de Maimona
5.106
6,4
Juan Vázquez
Los Santos de Maimona
4.720
1,3
José Lemus
Los Santos de Maimona
4.100
7,7
D. José González del Solar
Los Santos de Maimona
3.475
1,5
Dª Josefa Blázquez[72]
Los Santos de Maimona
3.060
3,9
D. Francisco Antonio Ulloa
Los Santos de Maimona
3.050
5,4
Joaquín Goitia
Zafra
3.001
6,5
Antonio María Hernández
Los Santos de Maimona
3.000
4,5
D. Diego Hidalgo Solís
Villafranca de los Barros
2.870
0,5
José Gordillo Mancera
Los Santos de Maimona
2.400
5,8
Pedro Romero
Los Santos de Maimona
1.600
3,9
D. Pedro de la Hera
Badajoz
1.204
3,9
D. Félix Rigalt
Villafranca de los Barros
1.050
7,8
Serafín Lemus
Los Santos de Maimona
506
1,9
Totales
39 compradores
597.054
447,5

Como se observa en el cuadro anterior, del total de lo 39 compradores solo 24 eran vecinos de Los Santos. Y estos 24 adquirientes santeños supusieron el 1,86% del total de vecinos y el 0,51% de las almas existentes en el pueblo de Los Santos de Maimona[73]. Así pues la participación de la población santeña en la desamortización de Mendizábal-Espartero fue extremadamente minoritaria.

El comprador medio en Los Santos de Maimona invirtió sólo 15.309 reales frente a los 73.143 reales del inversor medio provincial. Por tanto fue un inversor muy inferior al inversor provincial. Este hecho también se pone de manifiesto en la clasificación de los 39 compradores en función de su inversión[74]:

-Pequeños inversores (menos de 40.000 reales de inversión): 34 compradores.
-Medianos compradores (40.000-100.000 reales de inversión): 5 compradores[75].
-Grandes compradores (100.000-500.000 reales de inversión): 0.
-Compradores muy grandes (más de 500.000 reales de inversión): 0.

Así pues la desamortización de Mendizábal-Espartero en Los Santos de Maimona únicamente tuvo pequeños y medianos compradores, con un predominio enorme de los pequeños, el 87,17% del total, sobre los medianos, el 12,83% restante.

Cuadro VII. Compradores locales y foráneos. Desamortización de Mendizábal-Espartero. Los Santos de Maimona.-

Vecindad de los
compradores
Nº de compradores
(%)
Remate (rs.)
Superficie (has.)
(%)
Comprador medio (rs.)
Los Santos de Maimona
24
(61,6%)
422.418
(70,7%)
327,8
(73,3%)
17.600
Foráneos
15
(38,4%)
174.636
(29,3%)
119,7
(26,7%)
11.642
Datos totales
39
(100%)
597.054
(100%)
447,5
(100%)


Los compradores vecinos de Los Santos de Maimona fueron los auténticos protagonistas de la desamortización de Mendizábal-Espartero en su localidad. Ellos fueron los adquirientes más numerosos (el 61,6% del total), fueron los que más invirtieron (el 70,7% de la inversión total), acapararon la mayor parte de la superficie rústica enajenada (el 73,3%) y su comprador medio realizó una inversión bastante superior (17.600 reales) a la del comprador medio foráneo (11.642 reales).

Sin embargo los compradores sin vecindad en Los Santos de Maimona fueron una minoría bastante numerosa. Se trató de 15 beneficiarios que representaron el 38,6% del total de compradores. Y precisamente por esta circunstancia no fueron una minoría de élite que realizase grandes inversiones[76]. Su inversión fue notable, el 29,3% del total, pero más por el número de compradores que por su decisión inversora. Además, apenas acapararon una cuarta parte de la superficie enajenada (el 26,7%) y su comprador medio realizó una inversión mediocre.

Todo lo dicho no implica obligatoriamente que los compradores pertenecieran a grupos sociales bajos con un poder de compra reducido. La inversión del comprador medio en Los Santos de Maimona, 15.309 reales, ya estaba por encima de las posibilidades inversoras de cangueros[77] y braceros, incluso de pequeños propietarios.

Entre los vecinos de Los Santos de Maimona estuvo el mayor inversor. Fue Juan Durán, brigadier del ejército y gobernador de la plaza de Olivenza en la década de 1830. Estuvo casado con la santeña Josefa Blázquez de Durán[78], igualmente compradora de bienes nacionales. Perteneció a lo más sólido de la oligarquía agraria santeña. Sus hijos Juan y Cesáreo Durán Blázquez fueron grandes compradores de bienes nacionales en la desamortización de Madoz, fueron grandes contribuyentes[79] y Cesáreo tuvo una importante carrera política[80]. Juan Antonio Murillo (66.800 reales de inversión)[81] y Juan Torre Guerra[82] posiblemente tenían ascendencia hidalga[83]. La familia Ulloa, Francisco Antonio y Antonio, era una rica familia de propietarios agrarios que participó activamente en la desamortización de Madoz. Juan Vicente Zapata fue un poderoso ganadero local. Tomás María Romero era el boticario del pueblo. Juan Antonio Oyardo y Francisco de los Reyes Flores fueron los dos únicos escribanos de la localidad, en cuyas notarías se hicieron las escrituras del gran reparto de tierras concejiles del año 1837. Antonio Lemos Muñoz redimió en la desamortización de Madoz censos con un capital de 6.825 reales que gravaban sus propiedades[84] y fue abastecedor de aceite. Isidoro Valladolid tenía una caldera de jabón, Antonio Acosta era abastecedor de jabón y José Gordillo Mancera era mesonero[85].

En el libro de impuestos provinciales del año 1852[86] a 11 de de los 24 compradores santeños de bienes nacionales se les da el apelativo de “don”[87]. Hay 16 de ellos con una contribución por el impuesto territorial de más de 200 reales, lo que les daba derecho al voto en Cortes por la ley del año1837 y se les podía catalogar de grandes contribuyente locales y en muchos casos provinciales, pues la mayoría de aquellos 16 compradores pagaban más de 400 reales[88]. Así pues su condición de grandes propietarios les concedía el derecho político del voto en Cortes en una época donde los derechos políticos estaban severamente restringidos por una legislación acusadamente censitaria.

Según las actas de pleno municipales[89] muchos de ellos participaron en la política municipal. Juan Antonio Murillo fue alcalde 1º y 2º, Francisco de los Reyes Flores fue secretario del ayuntamiento, Juan Vicente Zapata fue alcalde 1º y regidor, Antonio Apolo fue procurador síndico, Juan Antonio Oyardo fue secretario del ayuntamiento, Antonio Ulloa fue regidor, Antonio Lemos Muñoz fue alcalde 1º, 2º, regidor y procurador síndico, Francisco Antonio Ulloa fue regidor y procurador síndico, Antonio Acosta fue regidor, Isidoro Valladolid fue alcalde 2º, Tomás María Romero fue regidor y procurador síndico, Antonio Montaño Apolo fue regidor, José Lemos fue secretario del ayuntamiento, José González del Solar fue secretario del ayuntamiento y Juan Vázquez también fue secretario. En total 15 de los 24 compradores santeños de bienes nacionales participaron activamente en la vida política municipal.

En conclusión, la mayoría de los compradores santeños de bienes nacionales invirtieron poco en comparación con el contexto provincial, pero pertenecían a la oligarquía económica, social y política de Los Santos de Maimona.

Los otros 15 compradores no santeños tenían una vecindad diversa. Hubo cuatro vecinos de la ciudad de Badajoz. Entre ellos había dos procuradores y a la vez agentes de negocio a los que recurría la gente de los pueblos para solventar sus asuntos legales y económicos en la capital de la provincia. Estos dos procuradores participaron muy activamente en la desamortización de Mendizábal-Espartero comprando muchas veces por cuenta ajena (Pedro de la Hera) e incluso por cuenta propia, como en el caso de Miguel Antonio de Arrate que llegó a tener una sociedad mercantil. Manuel Rull fue un funcionario que adquirió muchos bienes desamortizados, pero debió ser por cuenta ajena o para especular[90]. Prudencio Querol era vecino de Badajoz y remató en toda la desamortización sólo una finca por valor de 11.560 reales en Los Santos de Maimona, pero debía tener un cierto patrimonio porque fue elector en Cortes por la ley del año 1836 (muy restrictiva) y la de 1837 como elector en la ciudad de Badajoz.

 El grupo de compradores vecinos de Villafranca de los Barros fue importante con cinco individuos. La proximidad debió animarles a invertir en Los Santos de Maimona. El libro de impuestos del año 1852 les concede el “don” a todos. Felix Rigalt era médico y pagó por el impuesto territorial 1.070 reales, Ramón Cardona era mercader y pagó por el impuesto territorial 517 reales, Juan Jesús Garay era un sólido propietario agrario que pagó por el impuesto territorial 905 reales, José Matamoros era un importante especulador de granos de Villafranca por lo que pagó una matrícula comercial de 315 reales (muy elevada) y Diego Hidalgo Solís era un fabricante de aguardiente y pagó por el impuesto territorial 1.208 reales. Así pues los cinco eran grandes propietarios, con actividades relevantes y con derecho a voto en Cortes por su contribución fiscal. Algunos de ellos además fueron importantes inversores en la desamortización.

También participaron en la vida municipal[91]. Felix Rigalt fue alcalde 1º y teniente alcalde, Ramón Cardona fue alcalde 2º, regidor y teniente de alcalde, Juan Jesús Garay fue alcalde 2º, José Matamoros fue procurador síndico y Diego Hidalgo Solís fue regidor. Así pues formaban parte de la élite económica, social y política de la localidad de Villafranca, independientemente de su condición de mayores o menores inversores en bienes nacionales.

Por último había otros cinco compradores avecindados en Zafra, lo que era lógico dada la gran proximidad de ambas poblaciones y el hecho de ser Zafra la cabeza del partido judicial y cabecera de la comarca, con lo que esto tenía de preeminencia política y económica. José Álvarez Guerra y Francisco Álvarez Guerra también, pertenecían a la familia de los Álvarez Guerra, ascendientes de Antonio Machado, e intelectuales, militares y políticos radicados en Zafra, aunque a lo largo de su vida algunos terminaron en Madrid[92]. Componían la familia Juan, José, Andrés, Francisco y posiblemente Manuel también[93].

Joaquín Goitia[94] fue un gran propietario elector a Cortes por las leyes de 1836 (muy restrictiva) y 1837 en Zafra. Invirtió en bienes desamortizados de distintos sitios la elevada cantidad de 395.43 reales. Falleció pronto, pero su hijo Vicente Goitia pagó en el año1852 por el impuesto territorial 1.265 reales como vecino de Zafra y 367 reales más por la matrícula de abastecedor de cinco tabernas en la misma localidad.

Bonifacio Mediano debía ser un personaje de medio pelo. Sólo invirtió en bienes nacionales 6.330 reales y pagó por el impuesto territorial en el año 1852 en Los Santos de Maimona como hacendado forastero la escasa cantidad de 71 reales, pero se le daba el apelativo de “don”. Aparecía como vicesecretario del ayuntamiento de Zafra en el año 1843[95].

Doña Josefa Rangel era vecina de Zafra y viuda de Tomás Jiménez. Remató sólo una propiedad por valor de 10.100. En el año 1852 pagó por el impuesto territorial 505 reales, lo que hacía de la misma una gran contribuyente a nivel local y provincial.

Así pues, los compradores avecindados en Zafra fueron una mezcla de élite intelectual y de élite propietaria, con la excepción de Bonifacio Mediano.

En resumen, los compradores foráneos de bienes nacionales en el término municipal de Los Santos de Maimona, al igual que los compradores santeños, pertenecieron en su gran mayoría a las élites u oligarquías locales de sus respectivos municipios. La desamortización de Mendizábal-Espartero en Los Santos de Maimona no fue una actividad en la que la participación popular destacase por su importancia, más bien la participación popular brilló por su ausencia. Es algo distinto a lo que ocurrió con los grandes repartos de bienes municipales de los años 1837 y 1844.


5.- La desamortización de tierras concejiles antes de la desamortización de Madoz

La desamortización y la privatización de los bienes concejiles con anterioridad a la desamortización de Madoz, fueron dos procesos históricos con notables diferencias entre sí. La desamortización en general se ha caracterizado por tener un desarrollo uniforme y sistemático en el tiempo y en el espacio, que se ha aplicado gracias a una legislación unitaria y cohesionada en sus distintas etapas. En cambio este otro proceso ha presentado diversas fórmulas (repartos, ventas, roturaciones arbitrarias) y se ha desarrollado de forma discontinua en el tiempo y en el espacio, apoyándose además en una legislación que no ha sido ni unitaria ni sistemática.

No obstante Germán Rueda ha abogado hace más de una década por un concepto amplio de desamortización que englobe ambos procesos históricos[96], a la vez que ha resaltado con cifras la extraordinaria importancia de los mismos en la constitución de la propiedad plena burguesa de este país[97].

Germán Rueda acompañó tales asertos con una puesta al día de la legislación en que se apoyó esta privatización de los bienes concejiles con anterioridad a la desamortización de Madoz e hizo un balance de las escasas monografías sobre dicho tema existentes hasta aquel momento[98]. Aunque con posterioridad se ha seguido estudiando el tema[99].

En Extremadura la privatización de los bienes concejiles con anterioridad a Madoz ha suscitado poco interés entre los historiadores. Cabe resaltar la tesis doctoral de Senador Fuentes que se centró sobre todo en la base legislativa del proceso y en los resultados obtenidos en el partido de Badajoz y otro trabajo suyo posterior de dimensiones más reducidas[100]. Por su parte Antonio Miguel Linares dedicó una reducida parte de su tesis a evaluar este proceso de privatización de bienes concejiles anterior a Madoz en Extremadura y sus causas[101]. Ambos investigadores no han aportado un análisis específico global de estas privatizaciones, pero sí han puesto de relieve la notable importancia de las mismas en nuestra región y en concreto en algunas de sus localidades[102]. Sin embargo, sólo Linares aportó una mínima información sobre el caso de Los Santos de Maimona[103].

En la bibliografía citada de Rueda[104], Fuentes y Linares se manifiesta que las bases legales de la privatización de los bienes concejiles con anterioridad a Madoz se iniciaron con el Conde de Aranda en 1766 y tuvieron un hilo conductor que discurrió a través del Real Decreto de 1793 (sólo para Extremadura), la Guerra de la Independencia y las Cortes de Cádiz, el Trienio Liberal y culminó en las décadas de 1830 y 1840.

La legislación que afectó a Los Santos de Maimona fue tardía. En el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura (1791) se hizo una relación de las tierras concejiles de Los Santos de Maimona[105]:

-Dehesa del Moral, del común de vecinos, y la única que disponía de arbolado.
-Las Dehesillas, del común de vecinos. Dehesa de pasto y labor de casi 320 fanegas.
-Dehesa de Los Rañales, del común de vecinos. Dehesa solo de labor, de 100 fanegas.
-Dehesa del Monte, de los propios de la villa. Dehesa solo de pasto de 2.000 fanegas.
-Dehesa Vieja, de los propios de la villa. Dehesa de pasto y labor de 1.500 fanegas.
-Dehesa Nueva, de los propios de la villa. Dehesa de pasto y labor de 1.100 fanegas.

Los ingresos que obtenía esta villa procedentes de propios y arbitrios ascendían por un quinquenio de treinta y tres a treinta y seis mil reales[106].

Más de medio siglo después, en 1849, Pascual Madoz decía que el presupuesto municipal de Los Santos de Maimona, de 33.505 reales, se cubría con los réditos procedentes de censos que se cobraban de las seis dehesas repartidas al vecindario: la Nueva, la Vieja, la del Monte, la del Moral y la de Roñales[107].

Así pues, las tierras concejiles de esta villa fueron repartidas a censo en su totalidad o en casi su totalidad a los vecinos del pueblo entre 1791 y 1849. Según nuestras investigaciones, el reparto tuvo lugar sólo en dos fechas, 1837 y 1844.


5.1.-El reparto del año 1837

 En cualquiera de las escrituras de imposición a censo otorgadas por el ayuntamiento sobre la tierra de las dehesas repartidas a favor de los nuevos propietarios se indicaban a las bases legales en que se apoyó este proceso de venta y se señalaban algunas de las razones alegadas para la enajenación de estos bienes de propios en el año 1837[108].

La base legal que dio pie a las ventas del año 1837 fue la Real Orden de 24 de agosto de 1834[109]. Era una orden breve en la que la Corona permitía a los ayuntamientos  enajenar en venta real o a censo  sus bienes de propios con la aprobación del Gobierno civil provincial y mediante escritura pública de enajenación. En caso de tierras con arbolado dadas a censo, el arbolado no se otorgaría junto con la tierra, sino por separado. Era un marco legal muy flexible que concedía una amplia capacidad de decisión a los ayuntamientos que podían decidir el modo de enajenación (venta o censo) y la fórmula más conveniente, como la de que a los remates sólo accedieran los vecinos del municipio.

Según Antonio Linares los bienes concejiles privatizados en Extremadura con arreglo a esta orden fueron escasos porque las oligarquías locales que controlaban los ayuntamientos de nuestra región, optaron por invertir su dinero en la desamortización eclesiástica entonces en marcha que ofrecía mejores fincas y congelaron esta otra forma de apropiación de bienes para más adelante. Incluso añade que la adopción mayoritaria de la fórmula de dación a censo sobre la de la venta real en Extremadura confirma el interés de las oligarquías locales por evitarse grandes desembolsos de dinero en estas compras, para centrar sus inversiones en la desamortización eclesiástica[110]. Ciertamente este no fue el caso de Los Santos de Maimona, porque en esta villa se llevaron en paralelo la desamortización de Mendizábal y la enajenación de bienes de propios que nos ocupa y que, como veremos, tuvo unas dimensiones más que considerables.

Por su parte Fuentes Morcillo aporta cifras de relieve en algunos pueblos para las enajenaciones en venta real o a censo realizadas en base a la Real Orden de 28 de agosto de 1834[111]. En el caso de Badajoz habla de un valor en remate de 2.170.032 reales y para otras 16 localidades de esta provincia da cifras destacables como los 725.400 reales de La Albuera, los 455.800 reales de Almendralejo, los 1.016.697 reales de Cabeza del Buey, los 1.078.000 reales de Fuente de Cantos, los 404.900 reales de Lobón, los 2.708.125 reales de Mérida, los 1.620.000 reales de Oliva de Mérida y los 503.300 reales de Villagonzalo. A lo que debemos añadir que la lista de este autor está incompleta, aunque sólo sea porque no hace mención al proceso de enajenación en Los Santos de Maimona, que no fue pequeño precisamente.

¿Qué razones influyeron en la corporación municipal de Los Santos de Maimona del año 1837 para embarcarse en este proceso de enajenación de los bienes de propios? A nivel nacional el Gobierno progresista de José María Calatrava (15 de agosto de 1836 – 18 de agosto de 1837) llevó a cabo una política radical que impulsó la desamortización eclesiástica, la Milicia Nacional y la lucha contra el carlismo (Primera Guerra Carlista, 1833-1840), que implicó un gran esfuerzo económico por parte de los contribuyentes (préstamo forzoso de 200 millones de reales)[112]. A nivel de nuestra provincia, la Diputación de Badajoz con la renovación de octubre de 1836 y los cambios introducidos en el año 1837 terminó dominada por los políticos progresistas: Pedro Bueno, Carlos Márquez, García  Rey, Máximo García, Muñoz Bueno, Fernández Cano, etc. Estos secundaron activamente la política radical impuesta desde Madrid[113]. La Diputación elaboró un presupuesto provincial que creció en un 90% respecto al del año 1836. En este nuevo presupuesto el 73% del gasto se dedicó a la Milicia Nacional y a los equipamientos militares con la idea de ganar la primera guerra carlista, en la que la cabalgada de Gómez por Extremadura (26 de octubre a 7 de noviembre de 1836) había aterrorizado a los liberales de la región[114]. En esta situación quizás el ayuntamiento de Los Santos de Maimona necesitase generar fondos adicionales para hacer frente a su creciente carga fiscal[115], intentando a la vez aliviar a sus vecinos  de esta misma presión fiscal creciente ofreciéndoles las tierras concejiles de propios a censo. 

Fuera o no así, el caso es que el ayuntamiento de Los Santos de Maimona decidió en el año 1837 enajenar la mayor parte de sus terrenos concejiles. Las tierras concejiles se habían  mantenido intactas desde el año 1791, pues las dehesas municipales a las que alude el Interrogatorio del año 1791 eran de propiedad municipal en el año 1837. Además, no existe ningún documento que indique la existencia de algún reparto efectivo de tierras concejiles antes del año 1837, ni en el Archivo Municipal de Los Santos de Maimona, ni en la documentación protocolar de los escribanos santeños entre los años 1791 y 1837[116].

La enajenación del año 1837 se hizo mediante subasta pública a censo enfitéutico con un canon del 3% anual y afectó a cinco dehesas catalogadas ya de propios por aquel entonces: la Vieja, la Nueva, la del Monte, las Dehesillas y Roñales[117]. Se dividirían en suertes de cinco a ocho fanegas, para que pudiera acceder a los remates buena parte del vecindario.

El 4 de febrero de 1837 se finalizó la tasación que el ayuntamiento ordenó hacer de estas cinco dehesas concejiles[118]. Aparecían tasadas cada una por padrones y dentro de los mismos por suertes con su superficie correspondiente. Las suertes aparecían catalogadas según cinco calidades distintas (1ª, 2ª, 3ª, 4ª y 5ª). Al final se señalaba el valor de tasación de las suertes y su renta anual en reales y maravedíes. El resultado de la tasación fue éste:

-Dehesa Vieja: 8 padrones, 170 suertes y media, 1049 fanegas (675,4 has.)[119], 324.870 reales en tasación y en renta anual 9.746 reales y 3 maravedíes.
-Dehesa del Monte: 7 padrones y dos picos (del Molino y de Villalba), 197 suertes, 1.178 fanegas (758,5 has.), 350.740 reales en tasación y en renta anual 10.525 reales y 5 maravedíes.
-Las Dehesillas: 4 padrones, 40 suertes, 257 fanegas (165,5 has.), 81.530 reales en tasación y en renta anual 2.445 reales y 31 maravedíes.
-Dehesa Nueva: 8 padrones, 172 suertes, 1.091 fanegas (702,5 has.), 366.260 reales en tasación y en renta anual 10.987 reales y 27 maravedíes.
-Dehesa de Roñales: 1 padrón, 14 suertes, 83 fanegas (53,4 has.), 16.960 reales en tasación y en renta anual 508 reales con 26 maravedíes.

Se tasaron entre las cinco dehesas un total de 28 padrones más dos picos, que sumaron 593 suertes y media[120], que tuvieron una cabida de 3.658 fanegas (2.355,3 has.), con un valor en tasación de 1.140.360 reales y un valor en renta anual de 34.213 reales y 27 maravedíes.

Pero hubo un problema que dificultó la enajenación de estas dehesas de propios. Los bienes de propios de la villa estaba gravados desde los años 1608 y 1612 con unos capitales de censos que ascendían en total a 176.000 reales y que generaban unos réditos anuales de 4.937 reales a favor de la obra pía de sangre que fundó el alférez Pedro de Aguilar y de la que era propietario en el año 1837 el santeño don Antonio María Carrasco, que presentó una reclamación ante la justicia por la decisión del ayuntamiento de enajenar los bienes de propios gravados. La reclamación la hizo su administrador e hijo político el también santeño don Francisco Antonio de Ulloa. Además del principal de los capitales de censo (176.000 reales), el ayuntamiento le debía en concepto de réditos atrasados 90.000 reales más. Por el íntegro de la deuda (266.000 reales) el ayuntamiento enajenó en venta real a favor de don Antonio María Carrasco los padrones 2º, 3º, 4º, 5º, 6º, 7º y 8º de la dehesa Vieja y cuatro pedacitos de tierra excedentes de las suertes 4, 5, 6 y 7 del padrón 1º de las Dehesillas. En total sumaban 825 fanegas y 6 celemines de tierra (531,5 has.)[121] , que se vieron excluidas del reparto posterior.

Una vez solucionado el asunto de los censos, los remates de las tierras de propios restantes se llevaron a cabo los días 4, 5 y 6 de abril, 2 de agosto y 10 de octubre de 1837 en el ayuntamiento de la localidad.

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