En
la página 77 de la Revista “ESTRELLA“ correspondiente a Septiembre de 2013, que, como cada año, edita la Cofradía de Ntra. Sra. de la Estrella, se publica este artículo, firmado por D. Ángel Bernal Estévez, Presidente de la Asociación Histórico Cultural Maimona.
SIN ARCHVO HISTÓRICO.
Unas
veces estamos de enhorabuena y en otras tenemos que manifestar nuestro pesar,
toca ahora lo segundo.
Disculpen
este comienzo tan pesimista pero no podía ser de otra manera a la vista de la
manera inexorable en cómo nuestro archivo parroquial tiene prefijado su destino
definitivo en Badajoz.
Estoy
queriendo decir, no, estoy diciendo que el archivo de nuestra parroquia, que ha
vivido en ella más de 450 años, se lo van a llevar (probablemente en el momento
de salida de esta revista ya esté allí)a Badajoz porque así lo han querido
desde la diócesis. Ha servido de muy poco que nos hayamos opuesto con razones
fundadas, que la Asociación Histórico Cultural Maimona se haya dirigido al Sr.
Arzobispo para rogarle que no lo haga, que otros organismos locales, incluido
un acuerdo plenario de nuestro Ayuntamiento, hayan hecho lo mismo.
No ha
servido de nada.
El
archivo parroquial, allí donde constan todos los datos de quienes desde 1559
nos han precedido en el pueblo, libros de bautismo primero, defunciones y
matrimonios después, todo, la historia vivida I pueblo a través de sus
habitantes, un impresionante bagaje humano, histórico y cultural recopilado por
siglos en más de cincuenta mil folios, se va a Badajoz porque otros lo han
decidido así, un verdadero expolio que deja al pueblo huérfano, falto de
identidad humana y cultural. Se llevan todos nuestros antecedentes familiares
en un montón de generaciones atrás sin ningún miramiento, bajo la simple justificación
de reunirlo todo en un archivo diocesano. Porque allí irán a parar los archivos
de todas las parroquias de toda la diócesis en un atropello y una falta de
respeto absoluta a la historia y a sus protagonistas.
Es
ésta una decisión que sin duda marcará un antes y un después en la historia de
nuestra diócesis y que deberá figurar como epitafio en las entradas de todos
los pueblos:
"El día X del mes X del año 2013,
el
arzobispado de Mérida-Badajoz
arrebató
la historia de este municipio
y borró su huella humana del pasado
.
A partir de
hoy comienza una vida nueva".
Es como
si cualquiera de nosotros sufriera la desgracia de perder todos sus enseres en
un incendio de su casa: empezar de nuevo desde cero, perder la identidad y la
seña en que reconocerse en una familia y una tradición, nueva casa y nueva vida
sin recuerdos ni objetos personales o familiares ni fotografías de infancia,
juventud y antepasados.
No se
entienden muy bien las razones, al menos las que atañen a nuestro archivo
perfecta y cariñosamente catalogado y custodiado con todo mimo por nuestro cura
párroco, para concentrarlo en la capital de la provincia, allí donde acaba
siempre recalando todo, mientras nuestros pueblos, que ya han tenido que
soportar demasiadas sangrías humanas y pérdidas materiales, van a perder otra
parte de lo poco que les queda, incluida su propia identidad.
Esas
gentes que inscribieron sus nombres de bautismo, de matrimonio y de defunción
en los libros de registro parroquiales ¿de donde eran? ¿Es verdad que los
libros son de la iglesia o de quienes los hicieron posible? No quiero entrar en
ese debate, pero quiero llamar a la reflexión, porque somos un pueblo
resignado, nos aguantamos con todo y lo aceptamos todo, un día se propondrán
llevarse los cuadros de la iglesia, por ejemplo, so la excusa de hacer un museo
diocesano o simplemente bajo el argumento de que allí estarán mejor
conservados, y nos quedaremos sin ellos, es un ejemplo sí, pero, ¿por qué no
podría llegar a suceder al igual que ahora se llevan el archivo7
La
alternativa, dicen, es ir a consultar lo que se precise allí al archivo
diocesano de Badajoz, o sea poner ias cosas fáciles a quienes se dedican a la
investigación o simplemente a los curiosos o aficionados que quieren
reconstruir su árbol genealógico o conocer algún antepasado, y si hoy no te
permiten el acceso al archivo o no terminas o no encuentras lo que buscas,
vuelves mañana, y al otro, y al otro y así.
Desde
la Asociación Histórico-Cultura! Maimona hemos sugerido la posibilidad de que
esos archivos, si se tienen que ir, se digitalicen previamente, así lo hemos
hecho saber en el Arzobispado. Para evitar costes y facilitar las cosas nos
hemos ofrecido a hacerla nosotros personalmente, graciosamente, en nuestro
tiempo libre. Tenemos los instrumentos, tenemos varios equipos de trabajo
formados y organizados para abordar una tarea que durará probablemente meses,
así se lo hemos trasladado y pedido al Sr. Vicario Generai y al responsable de
los archivos. No parece que la idea haya sido acogida con ningún entusiasmo y
sí con frialdad, no solo porque ni nos han contestado, es que las gestiones
personales realizadas concluyeron con desdén.
Tenemos
la sensación de ser unos intrusos, de meternos donde no nos llaman, de
interferir en los planes superiores de quienes dicen ser dueños de tales cosas,
de quizá interponernos a los designios del Señor, ¡quién sabe! Lo cierto es que
toda nuestra buena voluntad por trasladar a soporte digital unos papeles que
llevan centurias existiendo y que quiza tengan una vida limitada, nara
soportarlos sobre lecnologías actuales que le puedan dar vida impeiecedera
e incluso ponerlos al alcance de la :mano de todos los posibles usuarios
sin moverse de casa, sin necesidad de molestar ai Sr. Cura Párroco o al Sr.
Archivero de la Catedral para visitarlos y tomar datos, NO NOS LO PERMITEN, Ellos
sabrán por qué. Nosotros no.
Nos
queda la frustración de perder lo que es nuestro y de sentir que nuestra
aportación voluntaria se despacha con indiferencia, pero también nos queda la
tranquilidad de haber hecho lo posible, de haberlo intentado y de que el día de
mañana nadie nos pueda hacer cómplices de tamaño dislate.
Vecinos,
estamos de pésame. Nuestro archivo parroquial ha muerto. Nuestro pasado ha
desaparecido.
R.l.P.